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Desequilibrados

El manjar

El manjar

 A mi regreso de España,  fui directamente a reunirme con mis dos compañeros que a la salida del pueblo , junto a un vado del  río Putumayo,  preparaban la comida.

- Suelte esa sartén- le dije al indio-  he comprado unos frascos de hormigas  culonas en el aeropuerto y  les  traigo también manjares exquisitos de mi patria.

Me chocó que Quenoram no probara bocado  de una de las viandas, pues los colombianos son muy carnívoros, y le pregunté:

-¿Vos no comés de eso?

- Está chimba,  pruébelo- le señaló el indio.

- No me gusta el león- respondió Quenoram.

Extrañado, tomé el recipiente y, antes de sufrir el más tremendo ataque de risa de toda mi vida, pude leer en la etiqueta:

“Cecina de León”

5 comentarios

rani -

Si ya se lo decía yo, señor blind, que no las volteara tanto, que no se leen bien. Y usted erre que erre. Pos nada, siga volteandolas. Nos haremos cortorsionistas. Saludos.

blind -

Quenoram lleva una temporada por aquí, últimamente le da por el burger, viene con un par de bolsas y siempre, siempre le pasa lo mismo.
Comienza sacar las cosas y de repente exclama con acento caleño:
- ¡Falta mi ranchera!
- Tienes que mirar el contenido antes de pagar.
-¡ Esos maricas ! ¡Me volvieron a tumbar!
-------------------
Yo dos horas ahí, volteando las letras, y va usted rani y me las lee.

rani -

No está mal el logo, sólo que no se lee bien. Saludos.

Piruleta -

Ja, ja, ja, ja...
¡Con lo rica que está! Ya lo comprobaría después, supongo.
Ja, ja...

¿Qué habría pensado de los bombones de uña?

Desierto -

Jejeje.